Y me llega de nuevo el agridulce sentimiento de suspenso.
Saber que solo vienes, digo lo que escribes y te vas otra vez,
el transcurso de suspiros hostiga.
Siento que la niebla opaca de la vida
me mantiene cayendo hacia un abismo compartido.
Hoy me parecen más metros entre tus manos y mis deseos o quizás solo es la distancia de este te quiero que ahora me veo más ausente y tu presencia se tiñe de monotonía.
La confusión me orilla a eludirte y me queda apuntar a aquello y a culpar a todo…
A ese emisario que se lleva las palabras y las traduce mal, justificando en él las razones de pereza que me niego a someter bajo las ilusión.
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